Muchas veces nos apegamos a necesidades como si fueran de vida o muerte. Sin darnos cuenta nos decimos de forma inconsciente que tenemos que conseguir ese algo que va a colmarnos y llenar nuestros vacíos.
En el intento para conseguir alcanzar aquello que nos falta sin darnos cuenta perdemos otras muchas cosas, que son incluso más importantes.
Por Fernando Anta*
“Un hombre rico, empresario, bien vestido, ropas caras y talante derrochador, iba paseando por el puerto, cuando se encuentra con un modesto pescador. El pescador trabajaba en sus redes y en su pequeña barca y tenía un cubo lleno de un montón de peces recién pescados. El rico empresario le preguntó:
– Óiga, ¡usted tiene mucha maña! ¡Parece un pescador muy bueno! Usted solo y con esta pequeña barca ha pescado muchos peces. ¿Cuánto tiempo dedica a la pesca?
El pescador respondió:
– Pues mire usted, yo la verdad es que nunca me levanto antes de las 8:30. Desayuno con mis hijos y mi mujer, acompaño a mis hijos al cole y al trabajo, luego voy tranquilamente leyendo el periódico hasta el puerto, donde cojo mi barca para ir a pescar. Estoy una hora u hora y media, como mucho, y vuelvo con los peces que necesito, ni más ni menos. Luego, voy a preparar la comida a casa, y paso la tarde tranquilo, hasta que vienen mis hijos y mi mujer y disfrutamos haciendo juntos los deberes, paseando, jugando. Algunas tardes las paso con mis amigos tocando la guitarra.
– ¿Entonces me dice que en solo una hora ha pescado todos estos peces? ¡Entonces usted es un pescador extraordinario! ¿Ha pensado en dedicar más horas al día a la pesca?
– ¿Para qué?
– Pues porque si invierte más tiempo en pescar, 8 horas, por ejemplo, usted tendría 8 veces más capturas, y ¡así más dinero!
– ¿Para qué?
– Pues con más dinero usted podría reinvertir en una barca más grande, o incluso contratar a pescadores para que salgan a faenar con usted, y así tener más capturas.
– ¿Para qué?
– Pues con este incremento de facturación, ¡su beneficio neto sería seguro envidiable! Su cash flow sería el propicio para llegar a tener una pequeña flota de barcos, y así, hacer crecer una empresa de pesqueros que le harían a usted muy muy rico.
– ¿Para qué?
– ¿Pero no lo entiende? Con este pequeño imperio de pesca, usted solo se tendría que preocupar de gestionarlo todo. Usted tendría todo el tiempo del mundo para hacer lo que le venga en gana. No tendría que madrugar nunca más, podría desayunar cada día con su familia, podría acompañar a los niños al cole, jugar con ellos por la tarde, tocar la guitarra con sus amigos…”
–¿Y no es eso lo que estoy haciendo ahora mismo? -concluyó el pescador.
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Bastante paradójico ¿no?.
Este cuento es lo que justamente lo que muchos de nosotros hacemos cada día: restar tiempo de calidad a nuestro día a día para producir más, tener más dinero y escapar de una vida con más tranquilidad buscando una vida con más tranquilidad.
*SOBRE MI:
Soy Fernando Anta, Lic. en Psicología, Coach certificado ICC, Especialista en psicología positiva y de las organizaciones.
Estoy especializado en Terapia Cognitiva Conductual y Terapia de Pareja.
Soy docente en la Escuela de Negocios de la FCE de la UNCuyo.
Estoy casado con Carolina y somos ma-padres de tres hermosos hijos.
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