Alcanzar nuestros objetivos a veces involucra tocar aspectos superficiales tales como cambios de hábitos o establecer metas.
Otras veces hay aspectos más profundos que aparecen repetidamente y nos llevan a resultados indeseados.
Pero… ¿cómo funcionan estos aspectos?
Autor: Fernando Anta. Psicólogo. Coach. Especialista en Desarrollo Positivo.
Nuestras creencias nos conducen a nuestros pensamientos, y nuestros pensamientos nos conducen a nuestras emociones. Veamos un poco más sobre esto; muchas personas saben que son físicamente capaces de alcanzar todo lo se proponen en la vida, en nuestro mundo ponemos mucha energía y énfasis en lo físico y parece que ignoramos aspectos emocionales.
Las limitaciones emocionales son por lejos las fuerzas más poderosas que nos mantienen alejados de donde queremos estar. Nuestros pensamientos a veces nos impiden ver la persona que realmente somos.
Las emociones pueden ser descriptas como la reacción psicofisiológica a nuestros pensamientos, es decir que están directamente vinculadas con éstos.
Muchas personas piensan que nuestras emociones surgen por lo que otros dicen o hacen. Si un familiar nos critica por algo o compañero de trabajo nos dice que no hicimos bien una tarea y esto nos causa enojo es que le atribuimos la responsabilidad de nuestro estado emocional asituaciones o circunstancias en las que no tenemos el control.
Si esto es verdad, entonces nos convertimos en víctimas de todo lo que sucede a nuestro alrededor. Sería como ir de acompañante en el asiento trasero de un vehículo donde el conductor esta ebrio. Entonces si los pensamientos manejan nuestras emociones porque no simplemente observamos nuestros pensamientos y decidimos a cuales creerles.
Cuando no podemos observar nuestros pensamientos nos convertimos en una víctima, en cambio cuando observamos nuestros pensamientos comenzamos a tomar control. Saber reconocer y diferenciar nuestros pensamientos útiles de aquellos que no lo hacen, es el concepto más poderoso para comenzar nuestro desarrollo y crecimiento personal.
Pero… ¿De dónde vienen estos pensamientos? Estos vienen de nuestras creencias subyacentes, son nuestros filtros personales, las decisiones que necesitamos hacer sobre nosotros y del mundo están profundamente influenciadas por nuestra educación, crianza y cultura.
La clave para descubrir nuestras creencias está dada por la observación de nuestros pensamientos. Una vez que podemos sacar estas creencias y tomar conciencia de ellas, podemos conservar aquellas que nos ayudan y dejar ir aquellas que no lo hacen.
Cuando los pensamientos negativos e inútiles están desechos ya no podemos generar más pensamientos negativos y ya no tenemos que cargarlos en nuestra espalda, ni nos causan dolor.
Los factores desencadenantes de las emociones también se descubren mediante la observación de su pensamiento. A veces no es necesario deshacer la creencia subyacente cuando puedes reconocer lo absurdo de tus pensamientos, sólo tiene que encontrar un sustituto más saludable.
Al incorporar una nueva manera de pensar, ésta se refuerza y las viejas formas se desvanecen. Una vez que tenemos conciencia de esto ya no hay vuelta atrás a nuestros antiguos patrones, vemos el mundo de una manera increíble, incluso nos reiremos de como reaccionábamos emocionalmente a ciertas situaciones ya que ahora esto no tiene un significado negativo para nosotros.
Ya no debemos cargar esa pesadez con nosotros adonde quiera que vayamos. Cuando estemos más liviano, estaremos más conectados con nuestra intuición, creatividad y tendremos más claridad en nuestra vida. La barrera invisible entre nosotros y lo que queremos ser desaparecerán.
¿Qué parte de tu vida no está donde quisieras que este? ¿Qué estas esperando?
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